"Epílogo" de Celistia, la enésima canción cargada de pretensiones pseudo-intelectuales que intenta impresionar a las masas con su pomposidad exagerada. La banalidad lírica es, por decir lo mínimo, una reminiscencia llenade plagios nostálgicos de los subgéneros ya trillados del rock progresivo de los 70 y los sintetizadores cursis de los 80, suficiente ya para paralizar de dolor a mis adormecidas neuronas. La pompa desmesurada de su arreglos seguro ha provocado que Rick Wakeman vuele sumergido entre estrellas fugaces de sinsentido, con una capa pintarrajeada con lentejuelas. La pompa de seudo-innovación que impera en la construcción de este tema solo lo podría comparar con aquel disco refundido en RCA de la banda de trinchera Blackie Lawless, lo siento, sus teclados jamás tendrán ese penetrante tono del drone ácido espacial de un Klaus Schulze al que un orgasmatrón tendría tanto sentido para acortar su sufrimiento.