"Faraón" de Faraón & Los Sarcófagos, esa joya oculta que, al igual que ciertos tesoros egipcios, debería haber permanecida enterrada para siempre. La canción intenta mezclar una estética pseudo-mitológica con ritmos pop-trap pero acaba siendo más insípida que una ensalada sin aderezo. La producción da una sensación tan vacía como los versos huecos cantados por un vocalista que claramente asistió a la escuela de secundaria de autotune. Es como si hubieran intentado imitar la majestuosidad de una versión low-cost de Imagine Dragons, pero con la seriedad de una parodia de Weird Al Yankovic. Faraón & Los Sarcófagos, cuya pretensión de singularidad parece no ir más allá de un pomposo disfraz escénico, hacen que lo más memorable de esta canción sea apretar el botón de ‘siguiente’. La industria siempre encuentra la forma de embalsamar algo que nunca debió ser desenterrado.