"Lady Marmalade - Single Edit", esa pegajosa orgía de divismo edulcorado bajo la inconfundible rúbrica de Christina Aguilera, secundada por sus siervas Pink, Mya y Lil' Kim. Una infame versión, respecto a su original creado por Patti LaBelle y sus Bluebelles en 1974, carente de alma, engullida por artificios despreciables e insufriblemente sobreactuada. Esta nefasta instantánea musical del año 2001 denota los más bajos instintos de la industria, personificándose en un engendro cuya relevancia sólo puede definirse en méritos de pasar por cabeza de cartel en un huracán alocado de sexualidad, hormonal al que damos en llamar MTV. Salvando las distancias con genuinos artistas de la música contemporánea como Radiohead o Björk, estos cuatro corceles son pedantes guiados por la mano de sus dómines codiciosos, burlándose sin pudor del legado musical. Un pútrido intento envuelto en lentejuelas rosas y arcanos bereberes para deletrear analfabetismos comerciales nuestro mundo selectista ansía erradicar.