Bien, hablemos de la pretendida obra titánica de Ayra Starr, 'The Kids Are Alright'. Al parecer, a jóvenes incautos se les ha vendido la idea de que esto es un apocalíptico manifiesto generacional, una poderosa oda a tenacidad juvenil. Una bofetada satírica e irónica, diría yo. La canción es flamantemente derivativa y fugazmente original. Pareciera que la Starr tuviera un complejo de Billie Eilish, empleando técnicas de producción similares y explorando el mismo territorio lírico sombrío y adulto; oh, la típica rebelión juvenil, ya la hemos escuchado en los Sex Pistols. Pero esperen, parece que se olvidó de dejar este concepto a medio cocinar en el horno de la concepción. La melodía es tan cautivante como una maratón de pintura secándose y las letras tan incisivas como un cuchillo de mantequilla resbalando por el pan de un lunes por la mañana. En serio, ¿esta es la promesa de la próxima generación musical? Ni siquiera digamos perfeccionar, apúntese a crear algo nueva en el género pop.