"Fade to Black", el melodramático intento de Metallica de estrujar la última gota de angustia existencial en una canción de cinco minutos y cuarenta y cuatro segundos, parte de su segundo álbum de estudio, "Ride The Lightning" (1984), ubicado justo en el medio para llamar la atención, como si quisieran ahogarnos en un mar de dilemas trágicos propio de adolescentes con crisis de identidad. Con esta canción -en glory days remastered-, James Hetfield y compañía parecen olvidar que el abrumador esfuerzo necesario para tocar su tipo de riffs de metal de pesado es igualmente requerido para traducir de manera efectiva la aceptación lúgubre de la muerte y la oscuridad en un contexto de rock. No es "Stairway to Heaven" de Led Zeppelin, ni "Bohemian Rhapsody" de Queen, aunque parece que aspiran a esa categoría, desafortunadamente para ellos, la entrega lírica se queda más cerca del intento pueril de dar con algo similar a "My Immortal" de Evanescence.