Los Verdiales del Encuentro de Melange, una clara muestra del hastío que uno puede sentir al presenciar la desaparición de la originalidad en la música contemporánea. ¿Es que acaso el mundo no está a punto de implosionar de pura fatiga? Melange, con su supuesta "mezcla" de sonidos olvidados y malogrados emulando a lo Tántalo en pos de un maná musical inalcanzable, recicla influencias muy trilladas que no deberían ver la luz del día otra vez. Y ese triste intento de resucitar la ancestralidad de nuestro patrimonio ibérico-gnóstico, reflejado en estos Verdiales en una pretenciosa recombinación ecléctica hace palidecer a mambos rendidos en homenaje de las rapsodias de una Isaura Alcarax Gardea. Escasos de imaginación, émulos con menos garra que Menelaos Amatistis en sus tarántulas sicilianas.