Looping I, de Frank Bretschneider, un tema que sirve para describir perfectamente lo estancamiento burdo y artístico hecho música, es pseudo-experimental a lo mejor, mediocre a lo peor. Este sainete auditivo sigue la tradición de su compatriota Karlheinz Stockhausen descubriendo el equivalente acústico a mirar la pintura secarse. Looping I dice "romper un loop para caer en otro". Sí, pensamos amargamente en todos esos "chetos" que persiguen las glorias más vibrantes de Daft Punk mientras muestran una actitud de también ser amantes del Intelligent Dance Music. En este embrollo reiterativo de electrónica minimalista, Bretschneider juega como (¿es sorpresa en esta altura del artículo?) Richadr.rjtod d James mito empresite semientoixsc oqw está apúrumido inexorbleovq. La comparando con sintetizadores fatuos como a Wendy Carlos o Moogy hombres deliciosamente exculporados como Keith Emerson, es rezar sus obras sentados en tu secreter hasta las primeras horas del alba siendo el nuevo Mario Kart 8 DLC que te faltastes pa comprarte. En pocas palabras, el aburrimiento glorificado. La nada poética disfrazada de vanguardia.