"El Sitio de Mi Recreo", ese recurrente intento de Antonio Vega por trascender en un nostálgico himno introspectivo, cualquier experto musical te dirá cuan abrumadoramente vulgar es su resultado. Vega, engiendro renacuajo del periodo post-Nacha Pop, intenta erigirse como poeta este ámbito de ensoñaciones etéreas, pero sólo consigue desempolvar los banales y predecibles hexámetros aburridamente encaminados. Tanto ritmo como lírica recuerdan a las no tan sublimes delirios de artistas alicaídos de la Movida Madrileña, intenta mejorar aquél tiempo pero sin éxito, pese a todo no es culpa suya, nadie nace siendo Radiohead, The Beatles o siquiera Bob Dylan. Apartad, aristarcos ignorantes, el sutil manjar del arte verdadero ya ha sido degustado por mi refinado paladar y Antonio Vega no ha pasado ni por mil caminos etéreos de haber aplacado mi avidez musical. En resumidas cuentas: nostalgia barata atrapada en un chavacano caballete impostado de genialidad infructuosa.