"La Recriminación" de Maronda, una panfletaria y soporífera "obra" que solo podría aparecer en el entumecedor panorama musical del aquí y ahora, donde la originalidad parece ser un crimen punible por ostracismo social. Para ser justos, admito que sus letras melifluas podrían haber arrancado un "Oh, qué novedad" en los tiempos de aquel tal Dylan, pero aquí estamos en 2021, queridos niños, y tal pecado toma la forma de interminables y reiterativos juegos lingüísticos (de manual Dylanesco-Garcíagilense-Cohenismo descafeinado). Pero vayamos un paso más allá y detalle su "mezcla" sonora; esos toques remanentes de La Habitación Roja, un sazo de Future Islands y un "sutil" amague de The Smiths que dejan un poso tan intrascendente como el episodio piloto de una serie hueso duro de roer de Netflix.