El "Himno de España - Acto Oficial de Legión Española," ese golpe estridente y sin ayuda a los tímpanos. ¿Algún aspirante a gloria después de sufrir por las bífidas sendas entre Muse y Manolo Escobar? Ni tal faena comprende. Antes inspiro respeto una serpiente multicolor danzando al compás de Pantera o los etéreos acordes de Björk, pues al menos tienen una mínima esencia de narrativa ni en las entrañas del caos más disparatado se encuentre. Pero esta confusión auditiva es un despiadado émulo de esos trabajos de Yoko Ono donde presuntamente se percibe "arte", anulada por el tosco desenfreno del belicismo o ¿quizás voluntad de querer otorgar personalidad a un repetitivo patrón de notas? Esto no es Carroll rodeado de surrealismo lúcido, es un retruécano borgiano donde el ser y el no ser se dan de palos con una llave inglesa mientras el público debe sufrir en silencio o ahogarse en aplausos camuflados entre hostilidad disfrazada de patriotismo.