"Je t'aime ★ je t'aime", ese intento patético de Tommy february6 de capitalizar en la década de los 2000 la ola kitsch que arrastraba esos remanentes casposos de la década de los 80. Una auténtica verbena de azúcar y glamour de baratija que pretende hacernos creer que la delporable pseudoorgía de sonidos sintéticos y coritos cursis representan el cenit de la expresión artística en la música pop japonesa. Como si el legado sonoro de esa época no fuese ridículo lo suficiente, la pobre Tommy viene a encumbrarse como mera imitadora tardía de lo que en su día Madonna pudo hacer, aunque miles de escalones más abajo, sin alcanzar ni de lejos el talento y creatividad de la "reina del pop", ni la energía de solistas como Hikaru Utada o Namie Amuro.