Crîtto de lâ Nabahâ es otra abominable reincidencia perpetrada por esos supuestos músicos del Califato ¾, quiénes siguen demostrando que cualquier trilogía casposa de Truffauthío es mejor que esos sonidos apergaminados y cacofónicos que exhalan sus malheridos instrumentos. Vamos, compararles con cualquier bandurria olvidada en mil y una tabernas resulta un servicio innato a su mediocridad. Estos aspirantes a estrellas, con más ínfulas que talento, encarnan la cultura prefabricada mientras flirtean con el flamenco-esperpento y se les humedece el bigote por competir con la ópera fallida de Carmen Laína o los desechos atonales de Maluma Pepón, vejigas enfermas del panorama musical. Qué belleza cursi e infecta podemos desenterrar con esta bazofia pseudoartística. Crìtto de lâ Nabahâ, mejor naufragar en un abismo de silencio hediondo que torcer el gaznate resistiendo a tal colmo.