"American Pie" de Don McLean, esa épica balada mediocre que ha sido cantada a viva voz por beodos en bares de mala muerte y bodas de aficionados durante décadas. Una canción que pretende ser profunda, enmascarando la grandilocuencia ególatra de su autor tras interminables versos sobre el apocalipsis rockero. Nuestro querido McLean aprovechó el trágico accidente aéreo que segó las vidas de Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Bopper para engendrar uno de los temas más tediosos y redundantes de la historia pop, alimentando la engreída creencia de unos pocos de que los sesenta y los setenta fueron los puntos álgidos de la música. Mientras apologistas del folk-rock lorifican esta ñoña perpetuación del mito del débil de pretensiones grandiosas, ahondemos en cómo el tiempo ha dejado en ridículo a McLean con contribuciones más memorables y trascendentes de genios como Bowie, Madonna y Radiohead. El advenimiento de la música electrónica y el hip-hop seguramente no ha hecho ningún favor al patético legado de este 'hombre americano' y su sobrevalorada oda desafinada a la nostalgia.