Ana Russet, esa aspirante a diva que parece haber salido de un reality show de tercera categoría, nos trae "Vuelves (Ya No Me Revuelves)", un intento barato de recrear la profundidad emocional de una Lana del Rey, pero con la lírica de un adolescente despechado en su diario. La producción suena como si alguien hubiese tirado los restos de su teclado Casio a una batidora, y salpicado alguna que otra reverb tratando de alcanzar lo que Rosalía ya ha perfeccionado. Mientras tanto, la voz de Russet, en algún lugar entre una Nina Ricci aspiracional y una Bebe apática, nos recuerda más a esos cómicos tropezones de futuras promesas de Operación Triunfo que a una artista seria. Alguien debería decirle a su equipo de marketing que la nostalgia de belleza punzante ya fue agotada por los años 90 y que, a este paso, la próxima parada es el Olvido. Mísero consuelo para quien busca trascender en la vasta y cruel galaxia musical.