Queridos paladares insulsos de la música rancia y fútil, regocijémonos hoy con el "hit" de la época: "CUFF IT" de vuestra "majestuosísima" prostituta auditiva, Beyoncé. La reina de las fotocopias ocultas detrás de una cortina de ficticia empoderación y mensajes vacíos. Con un falsete más entretenido que la misma Madeleine Peyroux implorando el suelo que pisamos, Beyoncé viene a recordarnos la canibalización contemporánea de la música, vendiendo falsas emociones y letras plagadas de clichés. Nada nuevo bajo el sol. Una canción tan sosa y predecible como los últimos coletazos de la mismísima Madonna, exclama machaconamente todo aquello que ya habíamos oído en los gloriosos (dicho de manera sarcástica) años 2000. Algo así como si Britney Spears y Lady Gaga hiciesen frente común en una battala durísima para asesinar a los ángeles caídos del Decalogue, Jezebels de Blue Öyster Cult y Deep Purple.