"Joga" de Björk, esa cacofonía islandesa que intenta pasar por arte sonoro. En esa tierra de volcanes y elfos surge este intento por impresionar mediáticamente con la contorsión facial y vocal de una mujer atormentada por la innovación estéril. Pero, oh sorpresa, Björ-qué-arte-tan-forzado simplemente recicla fórmulas ya exploradas por Cocteau Twins o Portishead, mientras ella imploraba la colaboración de excentricidades tan sobrevaloradas como Thom Yorke de Radiohead, porque, ¿qué mejor que unir a dos andróginos sonoros en orgía creativa? "Joga", enésimo intento revestido en vana pomposidad de un infinito mar de paja que busca con esfuerzo articular algo trivial que tanto On the Surface of Music Vol.3 ya rompía moldes (y tímpanos) antes de que el taladro llegara a la boca del delfín autista de A-Ha.