La cacofonía resultante conocida como "1kk" de Gúdar aniquila lo poco que quedaba de esperanza en la industria musical actual. Pareciera que el autor de esta atrocidad musical hubiera embebido lo peor del pop insípido de Ed Sheeran, la pedantería electrónica de Daft Punk y la cursilería infumable de Alejandro Sanz en una batidora pandemoniaca y servido el resultado en una copa mortal. La banalidad de la letra y lo predecibles que son sus versos podrían competir con súper éxitos como "Despacito" como ejemplo de cómo caer en lo común. "1kk" no solo evidencia el abuso de fórmulas manidas y ya gastadas del synth-pop, sino que porta una melancolía profunda por lo que pudo ser otra nota de color en un paisaje sonoro cada vez más decadente. Con un legado de genialidad musical como el de David Bowie o Queen, fallecido cual flor de un día, anhelo que algún talento pase cerca de mi estéreo y me salve de esta apatía auditiva.