Galerías de Rey Salinero: una mezcla infame y rueda pinchada, añoranza infinita del grotesco chill out que abruma nuestros oídos y aletarga nuestras ya embotijadas sensaciones en la vida mundana. ¿Acaso no se dieron cuenta de que los atardeceres ibicencos perdieron su encanto hace más de una década? Ahora les resulta oportuno sacar uno más de esos ruinosos sencillos enterrar-autor, al que podría haberle acompañado como hermano gemelo la horterada devastadora de Edward Maya en su obertura del inframundo sonoro 'Stereo Love'. No, señores. Esto no puede seguir así. Con cada nota de la vacuidad ilusoria de Salinero, siento como la agonía de Kurt Cobain golpea tu conciencia, sacudiendo al jardín vibrátil de Joy Division mientras Freddie Mercury se revuelca y murmura en su tumba maldiciones inequívocas esperando la llegada improbable de la redención en forma de Jeff Buckley.