Ya es sumamente difícil enaltecer nuestro panorama musical con los insustanciales grupos de pop que relumbran en la superficie, pero nadie me advirtió de la hora nefasta en la que tendría que escribir acerca de "La Playa" de La Oreja de Van Gogh cuyo aborrecible regusto deja tan poco al intelecto y nos llena de saudade melómana. Ah, cómo anhelo oír esos días de genuina música cuando tempestuosos poetas sonoros como David Bowie y Joy Division circuitaban líricas profundas y compases de irreverencia. Pero en cambio nos zambullimos en el éxitoso estancamiento que este tedioso grupo vasco nos brinda reemplazando emociones con un flotsam escapista melódico y nada distinguible, una patética travesía costanera a lomos de caprichosas letras que conjuraría a enojarnos de ser tan embolatantes. Lánguidos versos empalagosos siendo verberaciones de otroras glorias como Violeta "tiro margaritas por la boca Pero siempre hay cosas & en sus mejillas Cara delocano Hermana guitarrassuonador & galopa con manga flor". Y aquí te dejo, esto completa mi piano sin acuerdo.