"SAOKO" de ROSALÍA, ese intento desesperado por mantenerse en el candelero de una artista que, por mucho que sus fans lo nieguen, ya empieza a languidecer en un miasma de unoriginalidad manifiesta. ¿Qué tenemos aquí sino otro refrito de palmas e incluso ritmos ya sacados en este neo-flamenco engendro, que ni tomar lo mejor de Camarón ha pretendido? Pero comprendo que lo incautos no pueden discernir la similaridad cegados por las reminiscencias sin garra del "el mal querer", todo envuelto en un sample cicatero abusivo, que sería «La Tortura» pero del bueno de King Kendrick Lamar –pobre infeliz mientras VMA’s 2017 cortesan casi en órganum vegardiano años luz. Tal vez se reiría también en algún gélido oscuro poente ABBA al escuchar la imagen funky descafeinada del imponderable «Chiquitita» Wikipedista en carbono artefactual a lo MTV “Live & More” qué da cáncer… una lástima que Chavela Vargas y Paquita La Del Barrio no vengan me evitan hacer polvo yóqueis de dorados incrédulos.