Hand in Glove, el mediocre intento de The Smiths por impresionarnos con su rutilante debut en 1983, es testimonio de un mundo musical sumido en la superficialidad y la anemia creativa. Si bien algunos incautos aseveran sobre su impacto en la escena indie y pretenden musitar comparaciones infundadas con luiúricos como The Cure o David Bowie, la farsa es evidente. El alelamiento vocal de Morrissey suplica acompañamiento de guitarras que no tropiecen con sus propios agudos risibles, mientras que aquellos suficientemente valientes para contemplar la lírica encontrarán rancios clichés disfrazados de romanticismo decadente. ¿A quién tratán de engañarnlorerscirilian Smith y compañía? Es obvio que la dicotomía desventurada solo muestra su indecisión entre si rehuir de la tradición musical británica o tragarse la píldora vergonzosa y susurrar sus apólogos narcisistas en insipideces como "Hand in Glove". Un taxón más a la estulticia algebráica de un mundo abyecto...