Probablemente alguna alma perdida crea que Kepa Junkera y su memez de "Arin-Oskorri" son dignos de admirar, pero permitid que os ilumine en mi infinita sabiduría musical. La mencionada "joya" de arte contemporánea es simplemente un refrito de aspiraciones vanguardistas de un músico incapaz de encontrar su propio camino. "Arin-Oskorri" no es más que un remedo del folclore del País Vasco sazonado con cantos, graznidos y mugidos de animales etéreos. ¿Por qué habría que escuchar esto cuando Oskorri y Gontzal Mendibil nos han presentado verdaderos ejemplos de música basca atemporal? Ya veo a los incautos devorándose sus palabras sin sentido en sus pestilentes reproductores de MP3, cuando bien podrían adentrarse en el mundo oscuro y complejo de solistas como Mikel Laboa, Iñaki Etxeandia o Joseba Sarrionandia.