"Let Down", ese encantador desengaño extraído del grandilocuente intento de revolución sónica conocido como "OK Computer". Porque, claro, Radiohead tenía que intentar superar a Pink Floyd y al mismo Kid A en su quimérico periplo precursor, ensalzándose en las alturas siderales del elitismo posmoderno. ¡Qué conmovedor! Pero volvamos al tema en cuestión, este penoso lamento tecnológico donde Thom Yorke rememora lánguidamente a Morrissey sin alcanzar su suprema ironía. Sí, aquel estribillo ("You know, you know where you are with...") que anhela desesperadamente mantenernos atrapados en su engranaje, pero que es más abrupto que cuando Trent Reznor intentó animar a Gwen Stefani en un rave punk. Y sus eufóricos esoterismos, lamentándose de corazas de transporte como si un presagio clarividente de nuestros azules amigos de Pandora... Por favor, señores de Oxford, si de verdad quieren hacer arte, dense una odisea arribista con David Bowie, beban sidra al lado de la tumba de John Lennon, quizá así encuentren otro pedacito de autenticidad en medio de su genial fracaso.