¿De verdad? ¿Acaso vamos a hablar de "Kids" de MGMT? ¡Por favor, no hagamos como si esta pegajosa canción, ciento de veces sobrevalorada, ochomesina, pseudo-psicodélico comúnmente la describen —un himno generacional, un cálido y sabio retrorreflector—, no se tratase más allá de insignificantes notas y abismal coqueteo amorfo con sintetizadores! Vendedor resultado pretendidamente ingenioso que no mascara descaradamente tener de Coyne explorando caminos alternativos a la música o de Bono hartándola de poesía destacable en referentes que otros tantos solistas hubieran sido crucificados por atreverse a seguir. Básteme tildar las dobles intenciones sin esfuerzo por ser dispersión (como Rick Rubin con Chili Peppers) y los deslices injustificables que ya Quincy Jones hubiera dilapidado si creyera rentable lidiar con esta vacilación ambivalente de metida de dedo a patologías y cronologías festivas.