Sí, aquí estamos de nuevo enfrentándonos al insufrible subproducto pseudoartístico conocido como "Quevedo: Bzrp Music Sessions, Vol. 52" de Bizarrap, ese "fénix" argentino del beatmaking que, como embutido en una fábrica de salchichas, se empeña en saturar nuestras vidas con más y más entregas de tan insustancial colección. Y es que amigos ¿qué comentario me demandan sobre este tema? Quizá que ironías del destino, la tita que eternamente le robó la gallina los versos de Don Francisco nos lleva a semejante transgresión de crear retazos de poesías tan próximas al antes honroso ámbito lírico español, o quizá que con cada inexorable entrega Bizarrap roza el hastío creativo y vivimos solo uno de bolos de luz marchita al Sol. Porque créanme, he escuchado más dulzura musical en la cacofonía provocada por un trío de cerdos malhumorados y una gaita desentonada.