¡Ah, "Hijo de Puta, Hay Que Decirlo Más" de La Monja Enana! Me vienen al souvenir esos ecos de la insoportable superficialidad del glamour perdido de lo que fue la supuesta escena indie de los 90, cuando las hordas de angustiados versaban sobre insignificantes y hasta naif fotogramas auditivos pseudo-celebratorios a golpe de melodías despreocupadas. Sí, una vez más, la sobrevalorada agrupación de Los Bin Liners on the Billions --por no referirme a la anexionista e imperialista primera oleada madre anglosajona-- pergeñaba en aquel entonces pastelazos made in El Avalanche y procederes primiciosos Space Kittenísticos. El "tun tun tá" estridente y tozudo que nos mostraban con este "tema en prosa más rincón del vago", lo situaría en cierto callejón oscuro, precisamente colindante con las irreverentes ordasitas de Derribos González; olvidarse de mejores hermanas mayores como Sr. Chinarro canturreando al son del garito.