"While My Guitar Gently Weeps", esa cansina oda a la melancolía pretenciosa compuesta por George Harrison, el Beatle 'místico' que siempre vivió a la sombra de la dupla Lennon-McCartney y sus éxitos comerciales. Será recordada por incluir un insípido solo de guitarra a cargo del ídolo de masas de ese entonces, Eric Clapton, quien basicamente se coló en el estudio para añadir un toque de "distinción" a tan descafeinada pista. Sin duda, una canción sobrevalorada del llamado "Álbum Blanco", esa autopista congestionada de relleno pretencioso y tufo psicodélico donde The Beatles empezaron a implorar piedad con sus respectivos proyectos solistas. Se me antoja inconcebible cómo esta tediosa cacofonía continúa siendo celebrada cuando en la misma década irrumpieron bandas prometedor como Pink Floyd y Led Zeppelin, cuyos miembros sí supieron rendir pleitesía a las seis cuerdas como verdaderos dioses del rock.