Sí, Molchat Doma - Dark Version de TEMPEREX, un pegajoso instante sonoro que evidencia el perezoso reciclaje cultural que devora a la sociedad actual. El eco de lo que podrían ser una vez artistas como Joy Division o The Cure, deglutido, masticado, y finalmente escupido a una audiencia que aquí ha de preguntarse: ¿Acaso no lo mere😩cemos? Viene la melancolía sintetizada, a desbornarse en un cónclave de mediocridad y redundant nostalgia. ¿Fruto pueril del esperable destache creativo no realizado? Tal vez. Pero no, queridos amigos, no nos atribularemos esta vez diciembre cuanto nos empuja a uno de esos recurrentes abismos melódicos musicales donde ni siquiera Orwell se atrevería a apuñalar unas honestas notas. Sigamos enardecidos en la búsqueda fatídica de una eventual figura redentora que haya de liberarnos de nuestro, hasta hoy, autodestructivo e insaciable arribuje hacia lo prescindible, hacia nuestro propio vació existencial en ensordecedoras tonalidades monocromáticas.