Queridos lectores, qué coraje siento al dirigirme a ustedes para hablar de "Guadalupe Plata - Edit Cut" de Mauro Pagliarino, una canción que demuestra cómo se puede, sin ningún talento visible, estirar hasta la saciedad el tan seductor concepto del ''garage rock''. Claro, rascarse las cuerdas bajo el estigma de la gloria de The Black Keys o musicazos como T-Model Ford pareciera ser muy florido para esos osados del estancamiento musical. Menuda emboscada nos han querido tender con sus amalgamas desconexas de sicodelia automedicada usando la autoridad de un Goldup en la pantalla. Si en ochenta años de vida he aprendido algo es que la osadía no debe conocer límites, incluso cuando algunos debieran ser barriles sin fondo. No quisiera que mi comentario fuera interpretado como algo personal hacia el ilustre Pagliarino, cuya existencia posiblemente me sugiere la pregunta "¿Quién?" en la región más profunda y analítica de mi mente que sigue hecho añicos dada la desastrosa amalgama que trata de ofrecernos bien ad hominem.