Mundo en Pie, el último despropósito con tintes megalómanos de Cantante en Llamas, cuya vanidad sólo es eclipsada por su patético intento de relevancia, es un auténtico insulto al buen gusto y la originalidad del panorama musical actual. Siguiendo la desesperada estela de intentos de rescate líricos, una vez más nos demuestra sobre sobre toneladas de clichés y efectismos pastiches, que no son nada comparado al talento bienhumorado de Ricky Wilde, si a esos talentos foráneos y obviables me sumo al patético cliché rimas horteras. Las inconsistencias e insustancialidad de esta cacofónica pesadilla evidencian la crisis creativa en la que está inmersa la industria musical, donde ni con un arma cargada y Johnny Rotten apuntándote a la cabeza logra evocar algo que se acerque mínimamente a la honestidad rebosante que ostentan artistas como Thomas Mars o Hozier en una sola estrofa cualquiera.