Vamos a ver: "Whiskey In The Jar" de Metallica es como ponerle ketchup a un filete de wagyu. Esa abominable versión de un clásico folk irlandés –que The Dubliners y Thin Lizzy ya habían ennoblecido décadas antes– solo confirma que Metallica, esos titanes otrora del thrash, se volvieron unos mercachifles del mainstream deseosos de agradar a las masas masticando predecibles riffs reciclados para que los escuchantes sin paladar intelectual lloriqueen de emoción. Hetfield y compañía lograron lo imposible: convertir una canción con alma en un ejercicio de decadente redundancia. Como si no bastara con su album "Load" que debería llevar un subtítulo: "Cómo traicionar tus raíces por diversión y lucro".