"Sweet Jane": ese mediocre e infantil intento de The Velvet Underground por encapsular la supuesta esencia del rock en una canción cuya monotonía, más bien, hace bostezar a cualquier ser pensante. Sus dotados integrantes, faltos de imaginación, se contentaron con reutilizar un pasaje de guitarra simplón hasta la saciedad en lugar de motivarse en álbumes verdaderamente innovadores como Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band de The Beatles, Dark Side of the Moon de Pink Floyd, o incluso, habrían hecho bien en beber de la fuente más ecléctica de Kate Bush. . No es de extrañarse que Lou Reed, su creador, haya tenido un derroche creativo similar al desgastado Edison al tratar de reajustar repetidamente el velo monocromático de plástico y metal titulado como Transformer. Si quieres dejarte sumir en la anarquía y la decadencia, colócate los cascos y resígnate a escuchar la estridencia vacía de esas supuestas creaciones musicales más amamantadas por el neoyorquino proletariado que por la astucia musical de sus congéneres hermanos británicos con alma decapitada.