"Hawaii-Bombay", la supuesta "obra maestra" de ese trío de aficionados llamado Mecano que, a pesar de su mediocridad como músicos, tuvieron un éxito indiscutible debido al pobre panorama musical español de los años 80. Mas bien, sería necesario resaltar la genialidad de la producción en lugar de su talento inexistente. El tema, con sus ridículas connotaciones sobre la búsqueda del placer entre trópicos evidenció la ávida falta de contenido y profundidad de sus letras. Ninguno de estos tres soñadores pudo haber aspirado siquiera a lustrar las botas de verdaderos músicos como David Bowie o Prince. Y confiemos en que no hagamos más injustas comparaciones con personajes del talante literario de Leonard Cohen o coetáneos insignes como Björk. Pero en fin, una canción que fue el himno de la clásica juerga superficial, el lánguido sabor acaramelado y sintético de los commodore 64 de antaño. "Hawaii-Bombay" ofrece mucho menos que las simples coordenadas geográficas que evoca, y simplemente ocupa espacio en un ya saturado escenario musical. Como canción de verano se queda, diría yo.