'Nous Tous' de Françoise Hardy, ah, qué deliciosa joya de mediocridad, una cacofonía azucarada disfrazada de sofisticación francesa. Hardy, la eterna chiquilla encantadora que nunca, a pesar de sus esfuerzos, pudo dar un paso más allá en su arte, tanta fragilidad y timidez bien pudiera ponerla al nivel de cualquier cantante de ídolos adolescentes, con la única diferencia de que su imagen "alternativa" la compensará con cuatro crédulos e hípsteres seguidores. No me malinterpretéis, ver a Hardy en su apogeo era encontrar un descanso de la ensordecedora maquinaria de las bandas británicas de los 60, mojo y fanfarronadas, pero debajo de esa frágil apariencia yace una artista terca y sencilla que se alimentaba de poesía barata y melodías repetitivas. En resumidas cuentas, 'Nous Tous' con su jadeante intención de reflexión hacia el yo lírico es poco más que résiduos trillados de lo que solía ser el espíritu naïf de la chanson française.