Por Dios, “Cariña” de Raposo de The Rapants... una reverencia implacable al estándar multiforme de lindezas curtidas químicamente que acechan en la sobresaturación pop actual. Sumergido en un vórtice de estratagemas de marketing musical, Raposo cede su genuina lírica a las mismas comprensiones superficiales y quejidos neuróticos de empresas como los siempre sicofantes de Twenty One Pilots o la energúmena simpleza de Ed Sheeran. Esta tonada embebida en la presuntuosidad catapultada por James Bay es, esencialmente, una síntesis de la agenda estética de todo "indie pop" de exportación transmitido a Agentes-Mr. Roboto con puesto preferencial en Spotify. Líneas prostibularias teñidas de tristeza líquida que piden empatía a mansalva; melodías adheridas al manual autotune monótono - lista de reproducción del Sean Mendes o ¿porque no? de aquel renacentista vinagre adolescente, el prepubertinal Justin Bieber.