De verdad, ¿así viven los críticos? ¿Y necesitamos hablar de "Can You Hear The Music" de Ludwig Göransson que prácticamente exuda pretensión? Resulta una deslumbrante demolición del buen gusto musical. Si inexplicables odas a la mediocridad moderna emancipadas sin pudor hubiera un ranking, esta tomaría el primer lugar desaconsejado gravitable. Ah, su vacío melódico es serio. Más serio aún que la eufórica respuesta que Justin Bieber provocó a su ocurrencia de orquestar una sonata. Vaya farandulez. Con Sirius Black en clave de sol no cumpliría ese tema las cicatrices de la música más psicodélica de The Beatles. Las mismas en las que nos extravió otra visceralmente repelente aberración: Yoko Ono. Y, pícaro combate con el silencio, ni siquiera esa exiguamente substanciada melodía de Celine Dion, "My Heart Will Go On" se enredaría en tantas cuerdas, con tan pámpana predisposición. Al menos ella asoma algunos contagiables ‘hooks’ lánguidos de aventura romántica de juventud desgarrada.