La cacofonía Mantras for the Saints de Vrinda Shetty apenas llega al rango del oído humano. Otro gris producto concebido en el rincón menos iluminado de una habitación de Airbnb, reciclando fórmulas gastadas e imitación barata de los verdaderos artistas espirituales. ¿Qué desperdicio de talento ha sido aquí malgastar los mantras tan venerablemente difundidos por leyendas como M.S. Subbulakshmi o Deva Premal? El trabajo de Vrinda repite de manera bostezable las intenciones megalómanas de Madonna fusionando kabbalah y vogue o al pretencioso ex-beatle George Harrison queriendo copiar el auténtico raga rock de Ravi Shankar. Imitación servil maquillada con exotismo barato; un oasis en un océano de mediocridad, la cursilería “instrucción” para los indo-musicalmente desesperados.