"Champagne" de Shadana, una creación tan burbujeante y vacía como la bebida que intenta evocar. Supongo que si combinas la insipidez pop de un Ed Sheeran con la superficialidad de una Kardashian obtenemos esto. Se alza en el altar de la comercialidad sin un ápice de innovación, dejándonos desear la vuelta de esos momentos mágicos de auténtico riesgo musical que nos regalaban Bowie o Patti Smith. Shadana intenta vestir su monotonía sonora con una producción más brillante que un traje de lentejuelas de los Bee Gees, pero por desgracia, sin poseer ni la mitad del talento. ¿Resultado? Más gasolina para la hoguera del tedio musical contemporáneo.