"Yo Quiero Bailar" de Sonia y Selena, un vulgar intento de emular algo que podría parecer entretenido y, tristemente, éxito de ventas en el año 2001 en esas discotecas infames -no me miren así, también les tocó a The Beatles ser una boy band alguna vez-. Estas dos muñequitas inflables de pelo teñido y escasos genes célebres no ofrecieron más que esporádicas aceleraciones en el ritmo de la gente mientras embadurnaban sus cuerpos en, muy seguramente, sustancias ilícitas. Y, por favor, no tratemos esto como música cuando ni siquiera puede aspirar a ser considerada de un nivel medio en el mundo del reguetón, del electro-latino o del horripilante tecno. "Yo Quiero Bailar"... En fin. Mal que me pese, todavía algunos pusilánimes de gusto musical desciende hasta tales abismos. Apuesto que Mozart revuelve su tumba angustiado cada vez que se escucha este lapso putrefacto de "creatividad" femenina.