"Dios Salve al Conselleiro - Dios Salve al Lendakari" de Siniestro Total, una banda que -por gracia del cielo o sino por pura indiferencia divina- consigue una notoriedad significativa en una época en que cabeza de conjunto era una suerte de logro. Porque consentirme a evaluar el 'arte' de Siniestro Total es como pedirle a Picasso que analice una pintura pintada con crayones por un niño de tres años. La melodiosa (y empleo el término con todas las reservas imaginables) pista es una sátira mediática hacia los representantes políticos de la época vasca y gallega. Como un párvulo intentando encender un fósforo sin saber lo que es el fuego, su idea rudimentaria de la sátira está cargada de escarnio pero con encanto(retorcido en sí mismo) imaginable. Honestamente, esperaba más de una banda que figurada normalmente como el reparo hilarante de la basura postmoderna. Por desgracia, ni Siniestro Total fueron los Sex Pistols gallego-vascos ni el Conselleiro y el Lendakari fueron Javier Ruiz Calchaith.