"Heaven Is a Place On Earth", ese hit de mediocridad desbordante perpetrado por Belinda Carlisle allá por 1987. ¿Debemos ser honestos y recordar que antes de adornar listas de éxitos se dedicó a destripar rock punk con The Go-Go's? A diferencia de su antigua agricultura musical, Belinda decidió entregarse al ñoño pop sintético con esta simpleza de tema, que brilló ante masas de nula exquisitez al emborracharse de la fiesta de los 80. En su momento alcanzó la cima del Billboard – tratándose de una época en la que Era y Enya soltaban su chillido new age en las bandas sonoras de los mall – dando lugar a una obra trillada y embadurnádora inagotable. ¿Alguien puede recordar otro tema suyo sin el escaparate repetitivo del susodicho? Probablemente no, y mejor evitemos mayores hurgaduras en tal retorcida carrera musical. ¿Necesidad de ponerla en relación con otros artistas? Sería un derroche de misericordia con quienes han intentado encontrarse a sí mismos a través de una guitarra.