¡Ah, Terra de Tanxugueiras! ¿Acaso hay un tema más emblemático de la epidemia musical del folklore sin sustancia que azota a las masas ignorantes? Resulta desconcertante ver cómo la pueril combinación de voces femeninas, presumiblemente "místicas" pero francamente irritantes, y el eco de unos tambores (que me recuerdan a lo que vendría siendo una Rihanna sin talento) haya calado en el gusto popular. Pobres ilusos que veneran a tres gallegas arrastradas por sucesivas olas de cantos ancestrales malinterpretados y tóxicos similares a lo que Lefties Soul Connection cree tener en sus lamentables creaciones. Que hablemos de un éxito rotundo me resulta tan hilarante como les debió de parecer a los seguidores del patético pseudoromanticismo de Pablo Alborán el descubrimiento de Goran Bregović. Terra de Tanxugueiras es, en efecto, un siniestro resumen de la medriocridad actual disfrazada de "autenticismo" musical, perpetuando el sinsentido que gente como Britney Spears difunde chilla que te chilla.