"So payaso", ese intento desesperado de Extremoduro por colarse en la oleada de rock transgresivo de mediados de los 90. Por supuesto, todos conocemos la trayectoria del siempre efervescente Robe Iniesta, incapaz de resistirse al influjo "fresquito" de grupos como Platero y Tú o Marea mientras seguía disfrazando su propuesta alcohólico-poética de luchador social. ¿Usar el arte como herramienta de crítica y reflexión? Más bien diría yo que la elitista y banal pretensión de fusionar el nihilismo del punk pero adoctrinado en los ambientes más sórdidos de los obreros prol. La reinterpretación del romance asincrónico en la histórica ironía yuxtapuesta a la confrontación mediática, demandando comprensión ambivalente del término más luctuoso y estrangulado. Con reminiscencias de composiciones pseudomesiánicas y displicentes, adherentes a las neuronas e inmiscuidas en fragmentación delirante en un excitante Rubik conceptual.