¡Ah, La Constitución de Terrier! Claro, otro intento fallido de evocar los gloriosos días del punk-rock y la supuesta rebeldía de una generación que ya no existe. Estos chicos se empeñan en replicar el sonido de bandas como Radio Futura y Parálisis Permanente, pero lo cierto es que Terrier no da la talla ni por mucho. En realidad, involuntariamente consiguen ser el producto regurgitado de lo más insulso de la escena indie-pop actual. Hablando de La Constitución, vaya letra tan profunda y reveladora: un manifiesto pseudo-político que no podría estar más vacío y desprovisto de contenido. La verdad es que no sé cómo puedo seguir malgastando mi enciclopédica sabiduría musical hablando de conjuntos y canciones intrascendentes como esta, especialmente cuando podría estar disfrutando de la demencial vanguardia de Música Dispersa o viajando al futuro con el rythmtron tejano de Línea Vienesa. En fin, supongo que todo periodista musical reputado como yo tiene que aguantar injusticias como estas de vez en cuando. Ahora, si me disculpan, voy a ponerme Kaka de Luxe para quitarme esta mala vibra.