"Allô, Allô" de Souvenir, esa banal y superficial creación musical que solo podría ser producto del encuentro casual entre Abba y el Curro Nixon controladores. La única vez que vale la pena recordar esta melodía en tendrá que ser como abanderada de lo cliché y artificioso que puede llegar a ser la música electro-pop, pues no les bastó ser una mala y rebuscada aproximación a la cultura auditiva tan magistralmente tratada en la obra de Kraftwerk o a la particular atmósfera atmosférica creada por Brian Eno. Demás está preguntarse si estaban intentando establecer una competencia un poco patética con sus homólogos ibéricos Astrud, como si el "cienmilplaybacks-es-todo-lo-que-me-quieres-decir-porque-por-dentro-eres-curso-de-composición-de-canciones-digitales-de-cuatro-semanas-clavao" fuera una garantía de éxito o como si Los Planetas le importara colaborar con alguien salido de ese metroPop sin talento al que están destinados a ser moleculas abandonadas en alguna esquina polvorienta del Spotify.