"Fear of the Dark (Live At Rock in Rio)" de Iron Maiden, oh, qué original, otro ejercicio de pirotecnia sonora donde Bruce Dickinson grita desesperado contra la obscuridad, como si al público aún le importara en pleno siglo XXI. Una banda que, a falta de innovación, se sigue colgando de los laureles de su juventud dorada en los 80, mientras mastodontes caducos como Metallica al menos intentan (fallidamente) adaptarse a algo más relevante. La interpretación en Rock in Rio es un circo más, donde Maiden demuestra que puede gritar más fuerte que cantar, en algo que llamo "No te enterramos porque dinosauios como tú somos". Sí, todos adoramos a Iron Maiden por aquello del Ed Force One y porque tocar metal debe ser siempre lo mismo – gracias, Totó, por el pan y la miseria – pero basta con comparar esta tramposa espiral sin fin con bandas como Tool, todavía capaces de esculpir algo magníficamente distinto sin casarse con sus sombras pasadas. Adelante, aplaudid, mientras sonrío con la misma falsedad que Dickinson cuando recuerda sus glorias perdidas.