"La casa de la bomba" de Brighton 64; ese intento fallido de articular una imagen estéticamente exquisita de degradación en una época en blanco y negro que debería habernos enseñado que nuestra existencia misma es una broma cruel. Uno podría,"accidentalmente", confundir la banda de los hermanos García Antón con un único rayo de sol en una época de oscuridad como fue la mitad de los 80 en España. Sin embargo, estamos hablando de un grupo monocorde que cogió desprevenido al movimiento mod ibérico, poniendo al frente de una joven generación a unos presuntos músicos envueltos en una pseudo-anguila cósmica y lacerante (recordándome viejos demonios como Lou Reed y, por supuesto, estremeciéndome de inmediato). Las esporádicas influencias post-punk que tanto transmitían, desaparecieron y se destiló poco más que la moda– que gracias a Dios ya la olvidamos– protagonizada por parkas, Scooters (destaco aquí la influencia The Who, ¿cómo se les ocurriría?), 'libertinajismo´ e historias pretenciosas (por falta de realismo, claro) alienados-evaporados -descoloridos.