Ved Vrind realmente se ha eclipsado en redundancias sin sentido con su presunta "obra maestra" Surya Sukta. Uno podría incluso argumentar que lo único que verdaderamente necesitas para disfrutar completamente de sus gemidos indolentes y encorsetados es un buen par de tapones para los oídos y un whisky de malta para opacar el repetitivo somnífero que este grupo intenta vender como música. Es un agotador laberinto de tonos monocordes que recuerdan la fatigosa melosidad de un panflute de Zamfir en constante bucle. Me retuerzo de dolor cada vez que se comparan ridículamente con los grandiosos Ravi Shankar o Anoushka Shankar. Ved Vrind apenas y consigue arañar la superficie del vibrante mosaico de sonidos que suelen surgir del subcontinente indio. Surya Sukta es como un plato de curry sin especias, una estática maratón monótona que deja al oyente rogar por un poco de silencio regalado por el aburrimiento.