'Everybody Knows' de Leonard Cohen, una suplicante y aleccionadora colección de obvias verdades convenientemente hipócritas emanadas de las fauces hertzianas de un misántropo trovador que plagia sin esfuerzo versos overprocessed e insustanciales mejor arraigados en las páginas amarillentas del pasado pseudoexistencial de la poesía ilustrada. Su devoto ahogamiento en la desesperanza involuntaria hace eco entre textuales clichés y pavoneos "profundos" antaño realizados más eficientemente por Dylan, el Barba Folk, que recicló tamizadamente fragmentos existencialistas. Uno trata de no recordar los coros distorsionados, los violines chillones y la producción tan hipnotizada introductoramente en los confesionales que Jansch, Baez y Buckley hubiesen genuinamente apreciado. Cirrosis mecitra hiciera reír a Bretón. Sublevados, mortuorios y desencallados esos violines proceden en flotillas filarmónicas de pretencioso arrullo.