Extraños Juegos de Zombies, vaya híbrido de cacofonía pseudosintética nos quieren endilgar esta vez. Imagino la perfecta mediocridad que conseguiríamos si fundiésemos a los Rolling Stones con Maluma; ese engendro sería digno rival para lo que nos trae este grupo de aficionados edulcorados con pómulos saltones. Por un lado, las derivaciones sesenteras en su sonido parecen copiadas del sótano perdido de los Kinks durante una sesión de esnifada de cristales y por otro, imagino el eco de Gloria Trevi intentando cantar al revés una patética "Dr. Psiquiatra", generando múltiples capas sonoras a base de pedorretas adulteradas en Autotune. Pero entiendo el hastío del mundillo musical. En estos tiempos en los que nos colman los talentos efímeros nacen y mueren como primaveras olvidadas, quizás debamos rendirnos a la miseria de nuestros oídos y que nuestras sienes resuenen al ritmo de Extraños Juegos de Zombies… o mejor no, que ya bastante tempestad hemos atravesado navegando por lo que llaman música en este siglo sin dignidad.